
Restos del templo de San Francisco en Cicalpa, antigua Riobamba.
Este año, el mundo ha sido textualmente estremecido por movimientos telúricos. Vale entonces recordar el terremoto que destruyó por completo la villa colonial de Riobamba (asentadada en el actual cantón Colta) y que procovó su reasentamiento.
Riobamba, en 1797, tenía buenas perspectivas con respecto a otras ciudades de la Real Audiencia, como Quito y Guayaquil. Estaba entre las cuatro ciudades más grandes por su crecimiento en la geografía urbana colonial. El corregimiento de Riobamba, con 21 parroquias principales, tenía un comercio floreciente porque poseía abundante ganado vacuno, recursos agrícolas, y confeccionaba ropa, tapices y bordados; además de cultivar la ebanistería y la alfarería.
La ubicación de la Villa era importante, pues se constituía en el centro de donde se partía a todos lugares: por el Norte, hacia Quito y Pasto; al Sur, a Cuenca, Zaruma, Piura y Lima; y al Occidente hacia Chimbo, Alausí y Guayaquil.
Las edificaciones ornamentales estaban hechas en piedra labrada con el típico estilo horizontal español, que de a poco se iba sustituyendo por un desarrollo vertical en casas de más de un piso, sobretodo en torres de templos y casas de la clase social alta. La Villa de Riobamba tenía características señoriales y elegantes, y contaba con todos los servicios públicos, políticos, sociales y religiosos de ciudades importantes. Los cronistas de la época aseguraban que la fisonomía de Quito y Riobamba eran similares; tal era así que en 1745, el ilustre Pedro Vicente Maldonado solicitaba a la Corona le asignara a Riobamba título de ciudad, porque argumentaba que incluso era mayor que muchas villas de la propia España.
Riobamba, además de todas estas consideraciones, fue cuna de personajes insignes: el mismo Maldonado, Juan de Velasco, Magdalena Dávalos. Y también fue escenario de injusticias, intolerancia religiosa, amores, traiciones y desgracias.
En aquel año de 1797, Goribar había cimentado bien su fama de donjuán. No había mujer en la Villa que no hubiera sido asediada por sus insinuaciones y coqueteos. Muchas cayeron en sus redes de seductor. Y cuando una dama ofrecía resistencia, más intenso era el deseo de tenerla entre sus brazos y mayor la insistencia. No obstante, a pesar de su vida galante, Goribar, a comienzos del año, empezó a escuchar una voz –que la interpretó como su conciencia- que le decía: “Arrepiéntete Goribar”… La inquietud que le produjo aquella manifestación se ocultó tras la planificación de un nuevo encuentro amatorio fijado para el 3 de febrero.
La fecha se acercaba mientras la vida de la Villa se desenvolvía en una relativa normalidad, que solo fue rota por la pomposa boda de Rodrigo de Roca y María Beatriz Petroche, que se constituyó en todo un acontecimiento social en donde corrió el vino y las notas musicales de un clavicornio. Era el 2 de febrero de 1797.
El enlace matrimonial fue altamente comentado, como lo era cualquier evento que cambiaba de rumbo la monotonía de la vida diaria. Muchas personas eran especialistas en correr rumores e inventar chismes, que muchas veces, produjeron desgracias. Este fue el caso de doña Josefa, la esposa de Pedro Antonio Soria, comerciante de profesión y un “otelo” en potencia. Pues bien, por razones de su trabajo don Pedro debía ausentarse continuamente de su hogar, no sin el recelo de dejar sola a su bella esposa, aunque ella era una mujer virtuosa y muy creyente.
Con el objetivo de conocer más sobre las verdades contenidas en la Biblia, doña Josefa recibía la visita de Fray Hermenegildo, un religioso conocido por su santidad. Sin embargo, las malas lenguas inventaron un romance entre la mujer y el religiosa; chisme que pronto llegó a oídos de don Pedro.
Ardido de los celos, el hombre ingresó a su hogar, y sin importar que su último hijo gateaba muy cerca de Josefa y el fraile, los ataca furibundamente con un puñal, por un pecado de adulterio que no existía.
El escándalo formado por el crimen atrajo a los curiosos. Cuando llegaron a la casa, encontraron a las víctimas rodeadas de un charco de sangre, en medio del cual gateaba el infante. Todos se sorprendieron cuando el pequeño se puso de pie y balbuceó algunas frases.
Enseguida empezó la discusión sobre lo que había dicho el niño, pero sin llegar a ningún acuerdo.
Un sonido fuerte y prolongado terminó con la habladuría de la gente y dio un nuevo tema de conversación. Era un ruido que parecía salir desde el fondo de la tierra.
En las afueras de la Iglesia Matriz, los caminantes sintieron con mucha más fuerza el fenómeno, el cual fue acompañado por un sol extraño. Precisamente en un momento, el sol cayó tan fuerte que provocó el desmayo de muchas personas. Pero, antes de caer sobre el piso, alguien aseguró que la estatua llamada “Agualongo” y colocada en un costado del pretil, dio una vuelta completa sobre su propio eje. Los extraños sucesos sumieron a los riobambeños en un estado de temor e incertidumbre.
Goribar en tanto, para no necesitar de celestinas, citó a su nueva amante en una choza fuera de la ciudad, en donde se prodigaron caricias y promesas. Al amanecer del 4 de febrero, la mujer salió en precipitada carrera, mientras él dormía plácidamente.
A las 7 de la mañana, de aquel día lúgubre, Riobamba soportó el terremoto “más formidable que se haya experimentado desde el descubrimiento de América hasta aquel día”.
La Villa de Riobamba fue la ciudad más afectada de la zona macrosísmica. El terreno quedó anegado y partido por innumerables grietas. Por eso se decidió no reconstruir la ciudad en el mismo lugar.
En Riobamba, a más de la destrucción de todas las viviendas y construcciones, hubo represamiento del río que atravesaba la Villa, y amenazaba con un desbordamiento.
El terremoto alteró la configuración topográfica de montes, valles y ríos de la región con desplome de cerros completos, valles que se rellenaron, ríos que cambiaron de curso, desaparecieron haciendas enteras, se abrieron grietas. Las casas cayeron de sus cimientos, se perdió el trazado de calles. Se deslizó el monte Cullca al pie del cual se encontraba la ciudad y sepultó a 3 barrios hasta la plaza de la Merced; el volumen de tierra fue tal que hizo imposible rescatar personas y bienes. Según historiadores, se cubrió un poco menos de la cuarta parte de la ciudad. Todos los edificios públicos fueron destruidos.
La gente gritaba despavorida, tratando de salvarse, pero para la mayoría fue realmente imposible. Las grietas que empezaban a formarse tragaban todo lo que algún día fue la soberbia Villa de Riobamba.
A los recién desposados, Rodrigo de Roca y María Beatriz Petroche, el terremoto los sorprendió en su novel hogar. No tuvieron oportunidad de emprender la huída y se protegieron en un ángulo de su habitación, mientras una cantidad increíble de tierra los sepultaba.
Los minutos parecían siglos, se abrazaron como pudieron para esperar la muerte. El movimiento telúrico terminó, y ellos de forma milagrosa seguían con vida, pero no podían moverse ni escuchar nada. Además, habían perdido la noción del tiempo.
El informe que realizó el Presidente de Quito, Don Luis Muñoz de Guzmán, hacía constar que habían fallecido alrededor de 16 mil personas. Después la cifra oficial fue de 12 mil 293 personas, aunque se asegura que nunca hubo un real conteo pues no se tomaron en cuenta las zonas dispersas. Se habló de 20 mil, 30 mil y hasta 40 mil muertos. Un dato manifiesta que la mortandad producido por el movimiento telúrico representa el 30% del gran total de víctimas ocasionadas por los terremotos en el Ecuador. Las víctimas de Riobamba representan el 10%.
Además hubo miles de heridos que murieron por falta de atención. Otros problemas que afrontaron los sobrevivientes fue la putrefacción de cadáveres y animales. La contaminación ambiental causó fiebres malignas, pestes y epidemias. Por eso se ordenó quemar madera y estiércol de ganado vacuno Además se desató mal tiempo y aumentó las enfermedades bronquiales y pulmonares, se destruyeron acequias, se quedaron son abastecimiento de agua para consumo humano.
Goribar también se había salvado de morir. Aunque maltrecho, acudió a la Villa y se encontró con un espectáculo tétrico: no había quedado piedra sobre piedra. Acudió al lugar donde había vivido su familia y sus amigos, y encontró solo un gran montón de escombros. Lo había perdido todo. A su memoria llegaron aquellas palabras que su inconsciente le había promulgado: “Arrepiéntete Goribar”… Con su vida hecha pedazos, y sobre las ruinas de Riobamba, juró enmendarse para siempre y llevar una vida ejemplar. Enseguida, empezó a tratar de rescatar y auxiliar a las víctimas.
Pasaron las horas y hasta los días. En el fondo de las ruinas, aún Rodrigo y María Beatriz seguían con vida, pero cada instante amenazaba con quitársela. María Beatriz estaba más débil, desfallecida por el hambre y la sed, parecía exhalar su último aliento. Desesperado, Rodrigo trata de arañar paredes para salir, pero es imposible. Solo atina a poner uno de sus dedos en la boca de su esposa para que pueda tomar algunas gotas de su sangre.
Al cuarto día, una brigada de rescate llegó hasta la morada fúnebre y los sacaron con vida.
La indolencia del Presidente Muñoz fue otra causa de la desgracia de los riobambeños. La única medida que se adoptó fue la prohibición de no alterar los precios de los víveres y se recomendó que se acepte caridad sin escrúpulos, algo mal visto por el orgullo y la idiosincrasia del tiempo. No se contaba con harina ni sal; lo uno por la destrucción de molinos y lo otro por la falta de caminos.
En su desesperación, los sobrevivientes pidieron dinero del Tesoro Real, pero se los negaron porque dijeron que los “dineros del Rey son sagrados”
Don Bernardo Darquea, Corregidor de Ambato, hizo posible enfrentar la desgracia de mejor manera, pues el Corregidor de Riobamba perdió su familia y bienes, y quedó perturbado.
La gente atribuyó el terremoto a un “castigo divino”. Muchos recordaron el asesinato de doña Josefa y el fraile Hermenegildo, y reconocieron que fueron personas virtuosas destruidas por la maledicencia. Alguien rememoró las frases balbuceadas por el pequeño y aseguró que había dicho: “mañana el río lavará la sangre de estos inocentes”. Lo tomaron como la profecía que advertía el terrible acontecimiento que iba a suceder. Y en efecto, al producirse el terremoto, el río cambió de curso e inundó muchos lugares, entre ellos el sitio donde se levanta la casa de Pedro Antonio Soria, el asesino de su propia esposa.
Otros trajeron a colación, la visión que habían tenido el día anterior en las afueras de la Iglesia Matriz, cuando pareció ver que la estatua del Agualongo daba la vuelta sobre su eje. “Quiso ver por última vez nuestra hermosa Riobamba”, decían.
La reacción inmediata de los sobrevivientes fue refugiarse en la fe religiosa y clamar la misericordia divina. Muchos “vagaban aturdidos sin saber qué hacer, sin fuerzas… deambulaban por los campos y las ruinas”.
Los actos de fe religiosa que seguían a las catástrofes eran realmente impresionantes y numerosos. La gente clamaba piedad a Dios y se confesaba a gritos en las calles, pidiendo perdón. Para expiar sus culpas se realizaron procesiones con suplicios y más ritos religiosos en demanda de la piedad divina para que se aplaque los embates de la naturaleza.
En ese contexto, los indios creyeron que esa era una oportunidad para acabar con el oprobio y la explotación a la que había sido sometidos, y aparecieron ideas de sublevación.
El Presidente de la Real Audiencia, don Luis Muñoz, en tanto, pidió que el 4 de febrero sea declarado día de fiesta para Quito por haberla protegido de la desgracia. Y para ello, pedía a la Corona una asignación económica para solventar los agasajos.
Dos años después, los sobrevivientes empezaron una nueva vida en otro lugar en donde reconstruyeron Riobamba…
Diego Vallejo
Fuente: Egred, Jorge. «El terremoto de Riobamba»/ Costales, Eudófilo. «Riobamba en el tiempo».
Interesante saber sobre Riobamba y sus alrededores. El enfoque del blog es sugerente y las notas mismas, con clara exposición. Buen trabajo periodístico.
Me parece un tema muy interesante y bastante bien relatado.
Creo que la historia cuenta y presenta distintas prespectivas de un evento que marco el inicio de la reubicación de la actual ciudad enmarcadas en el misticismo, la religiosidad y la ideosincracia de la época.
Me parece muy interesante, conocer la historia de Riobamba la capital de la provincia de Chimborazo, ya que nos enfrascamos en el terrible terromoto que sufrió esta ciudad, todo quedó devastado, en ruinas, se perdió la belleza arquitectónica antigua , pero gracias al esfuerzo de su gente, poco a poca la Sultana de los Andes se levantó como un pueblo pujante que busca el desarrollo.
Al igual que destaca aspectos religiosos, culturales, etc.
me parece muy interesante la relatacion de la historia de antigua riobamba ya que no hemos tenido la oportuninadad de conocerla su verdadero origen, quiza por la falta de imformacion de los de nuestros ancestros y tambien por los centro educativas que hemos cruzado y le pediria de manera muy cordial que siga fomentando el aprendizaje y conocimiento de las historias existentes en nuestra provincia
Excelente artículo, ese tipo de cosas es la que se debe presentar a los estudiantes de nuestro país. Actualmente tengo 24 años y jamás mencionaron el tema durante mis estudios en escuela y colegio. Di con este información porque estaba buscando detalles sobre Riobamba para visitarla. Lo que me parece tan misterioso es lo de la estatua y lo del niño en el charco de sangre, senti algo de miedo al respecto.
Gracias por compatir.
bueno lo que sea de riobamba nuestra ciuda es bueno
HENRY LASSO
Felicitaciones por la narrativa de nuestra querida Riobamba, son leyendas que inspiran hurgar información de la antigua lizarzaburo .
Muy interesante, conocer la historia de Riobamba, con un enfoque cotidiano y real
LOS SOBREVIENTES FUERON TRASLADADOS A LICÀN SU LLANURA DE TAPI, LOS LICANEÑOS ENCABEZADO POR SU LIDER EL CACIQUE LANDRO CEPLA Y ORO TRAZARON SU CALLES, PROVEYERON DE AGUA DE CONSUMO DOMESTICO PO MEDIO DE LA ACEQUIA DEL PÙBLICO
El punto crítico sucedióen 1797 cuando Riobamba fue destruida por un terremoto que al cabo de dos años y por decisión del Presidente Barón de
Carondelet tuvo que ser trasladada a las llanuras de Tapi. El aporte de Leandro Sepla y Oro habría de ser decisivo en el socorro de los sobrevivientes e incluso de la donación de los mejores terrenos de
su propio Licán, la dotación de agua de consumo domèstico por medio de una acequia, el trazo de sus calles; es decir, Licán con los brazos abieros faccilitò parte de su territorio para el reacentamiento de la actual Riobamba.
Pero, las administraciones municipales en su orden han querido desconocer esta realid, dictando dos ordenanzas (si no me equivoco la 04-97 y la 08-98) por medio la las cuales se pretendìa desaparecer a este pueblo legendario. Puedo decir, que todo lo que hicieron los licaneños encabezados por Leandro Cepla y Oro para la existencia de la hoy La Sultana de los Andes lo estaban pagando con ingratitudemitiendo las ordenanzas citadas.
Los historiadores tradicionales no hacen referecia de estos acontecimientos importantes, pero cada pueblo tiene su historia, lo atesora y vive en la mente y corazòn.
Pdrìamos sequir hablando mucho màs de este tema. Gracias por la oprtunidad que me dan para comentar y completar con una partecita de la historia de mo parroquia Licàn «Ventanita del Cielo.
Es importante conocer la historia del antiguo riobamba visitando las ruinas de la iglesia de cicalpa viejo con sus catacumbas y restos de los sacerdotes enterrados de era época
Me siento orgullosa del apellido LIZARZABURU que llevo y de su historia,pero siempre he creido mi ” obligacion ” mantener en alto los valores que he heredado.