María de Lourdes del Castillo y Benigna Dávalos (Foto cortesía de Juan Fernando Dávalos y Mario Godoy Aguirre ).
Los labios que no besan son pétalos muertos, son himnos sin notas, son astros sin luz. Los pechos que no aman son noches polares, sarcófagos tristes do alberga el dolor.
Estos versos de melancólica belleza pertenecen al reconocido pasillo ecuatoriano “Ángel de luz”, creado por la riobambeña Benigna Dávalos. La transcendencia de esta canción ha sido tomada en cuenta para que la artista sea la única mujer compositora en contar con una efigie en el Museo del Pasillo, que se abrirá en nuestra capital ecuatoriana.
El músico e investigador Mario Godoy Aguirre ha dedicado las últimas décadas a indagar, a intercambiar opiniones, a recopilar material, partituras, fotografías y audios sobre el pasillo ecuatoriano; y por eso, fue elegido para liderar el proyecto del museo. Se trata de un espacio en lo que fue el archivo sonoro del Banco Central y luego el Ministerio de Seguridad, en las calles Gabriel García Moreno y Bolívar, de Quito. “Los dos primeros pisos de ese edificio patrimonial estarán dedicados al museo y en la tercera planta estará la escuela del pasillo en la cual se brindarán cursos permanentes para jóvenes de entre 12 y 24 años”, explica Mario Godoy Aguirre.
En el museo se colocarán efigies de artistas del pasillo, entre ellas, cinco bustos de compositores ecuatorianos. Estarán Francisco Paredes Herrera, de Cuenca; Segundo Cueva Celi, de Loja; Carlos Amable Ortiz y Carlos Brito Benavides, de Quito; y, Benigna Dávalos, de Riobamba. La presencia de esta escritora chimboracense se debe al impacto de su tema “Ángel de luz”, explica el musicólogo Mario Godoy, “Juan Fernando Velasco, que con las grabaciones de nuevas versiones, de alguna manera revivió el pasillo en círculos especialmente de jóvenes, contaba del impacto que tenía en Ecuador y Colombia este tema”, asevera el artista.
La composición de Benigno Dávalos ha viajado también hacia el sur, como se puede constatar en los vídeos difundidos a través de la plataforma de YouTube. En Perú adoptaron la canción como propia, con pequeñas modificaciones, en ritmo de valse tradicional y con el título “Rayo de luz”. Intérpretes como Lucy Avilés y “Las Limeñas” mantenían el tema en su selecto repertorio.
“El pasillo ‘Ángel de luz’ es un hermosísimo poema que sigue sonando”, asevera Mario Godoy. Para él, esto sucede cuando el compositor logra impactar, dar en el centro, y traducir lo que siente el pueblo-pueblo.
A pesar de la distinción que representa para Benigna Dávalos y para Riobamba, los ejecutores del proyectos se enfrentaban a una complicación: poco se sabe de la vida de Benigna Dávalos y no se contaba con un registro fotográfico que sirviera de inspiración para la representación. Hasta ahora… En la búsqueda de datos sobre la compositora, Godoy Aguirre conversó con Juan Fernando Velasco, quien en su álbum familiar contaba con una fotografía en la que se veía a dos mujeres, una de ellas, su abuela María de Lourdes del Castillo, y la otra, Benigna Dávalos. Al reverso se revelaba que la gráfica se había tomado en la ciudad de Quito en 1968.
Seguimiento. Godoy ha logrado conversar con músicos que conocieron a Benigna y que le contaron sobre su procedencia riobambeña. “Marco Chiriboga Villaquirán, que vivía en el barrio La Tola, era vecino de esta señora. Él me comentaba que doña Benigna era aficionada a tener en su casa a varios artistas, especialmente músicos. Allí se producían hermosas tertulias y la visitaban los Benítez Valencia, los Barrieros… A veces, la jarana duraba hasta el siguiente día”, explica Godoy. Rodrigo Barreno, de “Los Barrieros”, le confirmó su presencia en esas veladas y sobre la belleza de Beninga.
El musicólogo espera que el reconocimiento a la compositora abra las puertas para que se desvele el misterio de su vida.
Compartimos el hermoso pasillo en voz de la cantante ecuatoriana María Tejada.
Excelente que se haga un museo de poetas. compositores y que mejor que se rescate el aporte literario y sentimental de Benigna Dávalos. Así la buena música nacional vivirá -al menos- en el alma de muchos, evitando su desaparición definitiva arrollada por la música actual, tan elemental y efímera. Suerte
Excelente que se haga un museo de poetas. compositores y que mejor que se rescate el aporte literario y sentimental de Benigna Dávalos. Así la buena música nacional vivirá -al menos- en el alma de muchos, evitando su desaparición definitiva arrollada por la música actual, tan elemental y efímera. Suerte